
Existen diversas averías típicas que pueden ocurrir en las puertas de garaje. A continuación, se presentan algunas de las más comunes:
Problemas con el sistema de apertura y cierre: Esto puede incluir el mal funcionamiento del motor, fallos en los mandos a distancia, interruptores o sensores defectuosos, o problemas con el mecanismo de bloqueo.
Desgaste o rotura de los muelles: Los muelles son componentes esenciales en las puertas de garaje con sistema de contrapeso. Con el tiempo, pueden sufrir desgaste o incluso romperse, lo que dificulta la apertura y cierre de la puerta.
Desalineación de los rieles o guías: Los rieles o guías por los que se desplaza la puerta pueden desalinearse debido a golpes o movimientos bruscos. Esto puede causar que la puerta se atasque o no se abra y cierre correctamente.
Problemas con los sensores de seguridad: Las puertas de garaje modernas suelen estar equipadas con sensores de seguridad que detectan obstrucciones durante el cierre. Si los sensores están sucios, desalineados o dañados, la puerta puede detenerse o revertir su movimiento sin motivo aparente.
Desgaste de los cables: En las puertas de garaje con sistema de poleas y cables, los cables pueden desgastarse con el tiempo y romperse. Esto puede provocar un mal funcionamiento de la puerta o incluso causar daños si la puerta cae de forma repentina.
Problemas con los paneles de la puerta: Los paneles de la puerta pueden sufrir daños debido a golpes, exposición a la intemperie u otros factores. Esto puede afectar tanto al aspecto estético como al funcionamiento de la puerta.
Es importante tener en cuenta que las averías en las puertas de garaje pueden variar según el tipo y el mecanismo de la puerta, ya sean seccionales, basculantes, enrollables, correderas, entre otras. Ante cualquier avería, se recomienda contactar a un profesional especializado en la reparación de puertas de garaje para evaluar y solucionar el problema de manera segura y eficiente.
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